viernes, 25 de mayo de 2012

Las nuevas tecnologías y su impacto en la sociedad


Ensayo

Por Damian


A través del tiempo la humanidad ha tenido la necesidad de comunicarse con sus semejantes. Esta necesidad lo llevó a crear códigos, conductas, expresiones y un sinfín de herramientas para cumplir tal propósito. Las herramientas fueron muy rudimentarias en sus inicios; podemos tomar como ejemplo las pinturas rupestres, en donde se utilizaban materiales rudimentarios para dejar una huella en las cavernas. Estas “huellas” tenían la intención de comunicar la forma de vida y el conocimiento de aquel entonces, con la complejidad mental y motriz que esta requería.

Posteriormente, se fueron desarrollando nuevas técnicas para seguir comunicándose con sus semejantes; se pasó por el papiro en el antiguo Egipto, los códices en la América Prehispánica, etc. De ahí saltamos al papel y la tinta para escribir durante la época medieval, e incluso hasta nuestros días. Como parte-aguas tenemos, también, la imprenta de Gutenberg, con la que se pudo difundir los escritos a un mayor sector de la población y con ello se pretendía que la comunicación con los semejantes fuera mejor. Recordemos que este tipo de “comunicación”; mejor dicho de transmisión, pretendía dar a conocer el modo de vida que se tenia entonces, así como conocimientos para generaciones futuras.

La comunicación se seguía dando de individuo a individuo. Existiendo un emisor, un mensaje, un receptor, pero sobretodo una retroalimentación, de hombre a hombre. Las expresiones tanto faciales como corporales eran de trascendente relevancia, ya que una expresión facial podía decir más, que una exhaustiva descripción.

Con el tiempo, los códigos sufrieron cambios; así como las expresiones, los usos y un sinfín de cosas han cambiado desde entonces. Pero el lenguaje y su estructura para generar una lengua, un código, seguía viva.

Sin embargo, la capacidad de pensar, sentir y emocionar que te da la estructuración de lenguaje, ahora se ve amenazada por las nuevas tecnologías y las nuevas formas de comunicación. Hemos podido constatar a través de años recientes, que las nuevas tecnologías han impactado a la población en general. Ricos, pobres, clasemedieros han empeñado su dinero y su vida en adquirir las nuevas formas de comunicación. Recordemos que para 1980, los teléfonos celulares sólo eran para personas con un amplio nivel socio-económico; para estos “capitalistas”, era absolutamente necesario estar comunicados por la necesidad de atender sus acciones en la banca, etc. Esto fue así durante un tiempo.

A finales de los años 80´s y principios de los 90’s la población, mayormente clase media, fue popularizando el uso de estas nuevas tecnologías. Una persona en esos años, adquiría un celular para obtener el estatus que estos aparatos aportaban. Estatus que no tenían, pero que era importante pretender. Con el tiempo la clase trabajadora, pobres, proletariada; como le quieran llamar. Fue arrastrada a esta misma situación, esta vez maquillada como una “necesidad” por el clima de inseguridad que se vivía y se vive en el país.

Con los teléfonos celulares se fue adoptando una nueva manera de comunicación. Ya no se hacían llamadas, función primordial del teléfono celular, porque éstas resultaban muy costosas. Fue entonces que las expresiones vocales fueron suprimidas y modificadas por símbolos contenidos en “los mensajes de texto”. Con ellos la comunicación se vio seriamente afectada, ya que se buscaba transmitir un mensaje lo mas corto posible, con la intención de no gastar de más en este tipo de mensajes. Esto hizo que se emplearan nuevos símbolos y códigos. Códigos que tenías que aprenderlos o quedabas totalmente incomunicado.

Aunado a esto, se suprimían letras a las palabras y de nos ser explicadas por alguien, perdían sentido y coherencia. Es así que se debían utilizar palabras simples, rápidas e identificables; algo así como lo que George Orwell llamara: “Neolengua”. Recordemos que en libro de 1984, esta “Neolengua” tenía como función principal: “disminuir la posibilidad de pensar con amplitud, lo que se lograba reduciendo el número de palabras al mínimo necesario”1.

Pero no sólo eso, la capacidad de agruparse hombre a hombre en un espacio conjunto, se fue perdiendo. Las expresiones faciales y corporales se cosificaron en un menú de “emoticones”, que muestran nuestro estado de ánimo. Fue así que nuestras emociones se volvieron simples datos. Ahora existía la comunicación, pero a través de grandes distancias, en un espacio virtual y con nuevos códigos.

Tema aparte es el de la web. Recordemos que esta “Telaraña”, era utilizada en los años 60´s para transmitir información de manera rápida, ya sea de carácter económica o política. Con el tiempo tuvo su impacto en la clase media, donde curiosamente se desarrolla gran parte de los cambios de la población. El hombre de clase media es el destino y el receptor por excelencia del capitalista. Este busca siempre parecer o pretender ser un capitalista aunque no lo sea.

Este hombre de clase media ingresa a la Web con la idea de integrarse a un mundo de desarrollo tecnológico y de información. Para esto el capitalista, desarrolla nuevos productos de comunicación para el potencial cliente. Estos nuevos productos de comunicación contienen ya un nivel tecnológico con el que pueden permanecer conectados a la red desde casi cualquier punto en el que se encuentre.

Es entonces donde se da el boom de las nuevas tecnologías como el iPad, el iPhone y las ya conocidas Pc´s, tanto de escritorio como portátiles. Estas, al igual que el teléfono celular, tienen su origen en la pretensión de ser un “ser actualizado, comunicado, informado y con un estatus” tanto en lo económico como en lo intelectual.

Pero ahí no termina todo. Con las nuevas tecnologías se desarrolla una necesidad imperante del ser humano, la necesidad de agruparse en sociedades. De ahí nacen las llamadas “redes sociales” en donde individuos que comparten gustos afines, comparten también un espacio virtual. Espacio intangible e impenetrable si no cuentas con red y con algún aparato para conectarse a ella.

Estas redes sociales, como alguna vez escuche: “acercan a gente lejana pero… alejan a gente cercana”. Los comentarios, estados de ánimo y emociones, son una vez más cosificados, codificados y vueltos datos. Aunado a esto, todo lo que se publica en redes sociales esta expuesto; no sólo a personas que conocemos, sino a las altas esferas tanto del gobierno como capitalistas. A muchos nos ha pasado que buscamos algo en Google, y tiempo después aparece algún producto o servicio similar al que buscábamos en nuestra pantalla.

Además esta red, internet, web, como sea, esta en todas partes; es un ser omnipresente. Algo así como el Gran Hermano en el libro de Orwell. Una suerte de Telepantalla en donde: “en Vigilia o en sueño, en el trabajo o comiendo, en la casa o en la calle, en el baño o en su habitación no hay privacidad posible2”. Y en donde la gente ayuda a hacer de esto una realidad. Cuantas personas no reportan todo lo que hacen a las redes sociales, si van a comer, que van a comer, si van a hacer ejercicio, si ya terminaron, si van a darse una ducha y un sinfín de ejemplos.

Y cuando uno tiene la oportunidad de pensar y estar en soledad como un individuo, siente la necesidad de conectarse y comunicar que esta aburrido, triste o cualquier cosa por demás vacía y banal.

Por si todo esto fuera poco, la población cree y siente que tiene acceso a más información y es cada vez más libre. E incluso cree que ha descubierto el hilo negro y cree poder criticar y a su vez ser escuchado, y tomado en cuenta. Sin embargo, creo que esta información está manipulada y dosificada. “Existe la siniestra posibilidad de que una vez que el bando contrario se haya tragado el anzuelo y parezca atrapado, las apariencias se vuelvan engañosas; quizás, mientras uno intenta coger a la presa, descubre que en realidad, se ha cazado a sí mismo, mediante un engaño, con una compleja y fatal vuelta de tuerca suplementaria”3.

Es así que la humanidad ha experimentado diversas formas de comunicación. Sin embargo, nunca ha estado tan expuesta a ser manipulada, ideológicamente, como ahora. Es cierto también que la humanidad ha estado sometida a diversos regímenes. Pero estos regímenes basaban su poder en la explotación física. Pero aún poseía un lugar en donde nadie podía manipularlo, ni controlarlo, esto era la mente. Su soledad y su individualidad no estaban en peligro como ahora. “La sola pertenencia del individuo era unos pocos centímetros en el interior de su cráneo”4. Ahora parece que ni siquiera se tiene eso.

BIBLIOGRAFÍA
Orwell, George, 1984, México, ed. Tomo, 4ta ed. 2009.
Whitaker, Reg, El fin de la privacidad, España, ed. Paidós, 1999.
1 Orwell, George, 1984, México, ed. Tomo, 4ta ed. 2009, Pág. 246.

2 Ibíd. Pág. 26.

3 Whitaker, Reg, El fin de la privacidad, España, ed. Paidós, 1999. Pág.24.

4 Orwell, George, 1984, México, ed. Tomo, 4ta ed. 2009. Pág. 26.

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